Los conductores también tienen problemas Escuché a ,dos, conductores uno joven que iba aprendiendo y otro mayor que le enseñaba. Les putean, como todos los trabajos, no les dan las vacaciones cuando quieren, les contestan mal sus jefes, les pagan por conducir no por pensar, les dicen. Vigilan la carretera y sus contratiempos, como un tráiler que hizo un mal movimiento, y casi da al autobús. Son nuestros ángeles de la guarda, sin su pericia, y habilidad estaríamos muertos. Son hombres y mujeres, a quienes no sólo debemos escuchar, sino rezar en silencio cada vez que nos salvan la vida.
Ana Maria Tapias Garcia
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