No entiendo como algunos se pueden jactar de matar a 1.700 seres humanos, aunque sean tus enemigos. En Irak los yihadistas lo han hecho.
No comprendo el canibalismo de quienes torturan, dejando en las cunetas, cadáveres, para sentirse más fuertes. El rostro de la guerra, le encuentro en el periódico de 8 de marzo es Joseph Kony, buscado por sus atrocidades en Sudán del Sur. Es tranquilo, apacible, sereno, incluso tierno, aparece con sus dos hijos. Kony es la cara, desfigurada, de todos aquellos criminales, que deciden vengarse del mundo con piedras, que arrojan desde sus misivas a sus soldados. Piedras ,imposibles, de arrancar de sus actos. Piedras, pintadas, con sangre y dolor. Piedras de la intransigencia.
La opresión de los yihadistas y de Kony es una carencia total, y, absoluta de humanidad, a la que no debemos acostumbrarnos.Ana Maria Tapias Garcia.
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