La hoja es un ser, cuyos filamentos se vertebran en su
alma, que es su esqueleto; que se pierde, que se escapa, que se escinde,
dentro del otoño; que la abandona al desasosiego, en medio de las calles, junto
a los parques, en la comisura de las aceras; donde peatones y coches, aplastaran su alma; devorarán su elegancia; denigrarán su
voz; que corre asustada entre silencios; que grita inmersa en el ayer; que
acaricia la idea del tiempo, que ignora su eternidad, para escribir su olvido.
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