Iba caminando, por esta calle sin principio, ni fin; donde me gusta perderme los días de lluvia; para visitar a una gárgola, que vive al fondo; que carga con mis lágrimas, y lanza al vacío cuando llueve mis gotas de sufrimiento; cuando he escuchado las palabras, de la mujer, de la fotografía( a quien he reconocido) es una vecina del barrio, que me saluda cuando me cruzo con ella- Decía compungida" ´Cómo me he podido dejar engañar así". Me ha inquietado su problema, pero he seguido, absorta en mis circunstancias, imbuida en mis miedos; acotada a mis engaños; que se desenvuelven, entre calles, donde observo la tristeza que me rodea como si fuera parte de mis sueños rotos por el destino.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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