La luz
en el atardecer, corre entre el olvido, que suspira por un mañana, que cuesta
acariciar, pues duerme en la incertidumbre de la muerte, que nos vigila, que
nos acecha, que nos consume la memoria como si fuéramos seres que arden en el
ayer; donde nuestra mirada, se pierde en los seres que fuimos, y nunca
volveremos a ser; donde nuestra mirada, anhela el abrazo de quienes nos dejaron
y nunca volveremos a ver; donde nuestra mirada, susurra a la esperanza y nunca
volveremos a creer en que la luz nos brinde la eternidad, que se perderá en
nuestro recuerdo.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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