Un banco calado por las gotas de lluvia, espera, anhela, confía, en
que alguien necesite su ayuda, para descansar de la soledad; que se encuentra
en cada mirada, que huye de la vida; en cada mirada, que abraza el mañana; en
cada mirada, que siente el dolor; que miente al cuerpo doblegado por las dudas,
que invitan a secuestrar el momento para ser fieles a la eternidad, donde las
sombras ejerzan de hadas madrinas del olvido.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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