Suavemente,
sin rozar la realidad; el movimiento nos invita a perseguir su distancia, que
fluye entre nosotros y entre los fantasmas; que nos cuidan, que nos vigilan,
que nos acompañan, en cada suspiro, que se desliza entre sombras que cantan al
ayer; cuya voz, es una alucinación de nuestros pasos, que nos conducen
irremediablemente hacia él.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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