El plato vacío se tambalea en los días; vaga en las estaciones; interroga a la monotonía; que cruje desnuda bajo nuestros zapatos; que caminan cansados después de tantas horas sin poder respirar; después de tantos minutos sujetos otros cuerpos; que nos lanzan ordenes, que hemos de obedecer, para no perder el equilibrio y caer en la ausencia de nuestros cuerpos, colgados por sombras en tendederos a la intemperie ; donde nos golpea la nieve hasta dejarnos muertos, con los ojos expuestos al ayer, que abrazamos para resucitar cada mañana.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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