lunes, 11 de mayo de 2015

Conductor de ambulancia

 Regresaba de caminar algo cansada,  me poso en cada flor, soy abeja fotógrafa, ví una ambulancia parada cerca de un bloqude pisos, el conductode la ambulancia, al que conoce mi amiga, Nuria, ques enfermera; agarraba del brazo a una mujer, no muy mayor, que apenas podía andar. La acompañó hasta la puerta de casa, la ayudó a abrir la puerta. Sus brazos sujetaban su debilidad, su angustia, su soledad. Sus palabras calmaban su tristeza.
 Mis ojos llorabade emoción, aquel conductor al que había visto bromear comi amiga, se convirtió para mí en un hérode la monotonía, de la ques díficil no ser una hormiga más;  un héroe qudaba amor a una mujer abatida por la enfermedad; un héroe cuyo aroma ha de conocerse, pues los héroes se escondeen el anonimato.
 La vida está fabricada para dar ternura,  hemos de aprendede ellos, de  los héroes.

Al conductode la ambulancia.

Ana Tapias.

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