Cuando llega la noche electoral, los votos caen de las urnas a las manos de los contadores de sueños, que van desgranando las decisiones de hombres y de mujeres, ánonimos, cargados de sudor, que lo entregan, que lo depositan, que lo regalan, con la esperanza de caminar en una ciudad sin baches; en una ciudad donde la sonrisa aune voluntades; donde las lágrimas sean acaparadas por los paraguas. Cuando llega la noche electoral, se asoma la verdad a las calles.
Ana Tapias.
Ana Tapias.
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