Últimamente solo creo en la amapolas. Mi ciudad está empapelada de retratos robot de hombres y de mujeres, que anhelan ocupar una silla en el Ayuntamiento, en la Junta, la mayoría para mí son desconocidos.
La gente me comenta su ateismo, su hartazgo de ellos, que son un Guadiana de la sinceridad. Las calles siguen rotas, hay listas de esperas en los hospitales, en la oficina de empleo, en los comedores sociales, que los retratos robot no pelean por eliminar, solo se miran el ombligo electoral, ese que huele a olvido cuando son elegidos.
Últimamente solo creo en la amapolas, al menos, son fieles a su destino.
Ana. Tapias.
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