martes, 19 de mayo de 2015

Paco



Esta mañana coincidí coPaco, en la sala despera del Centro de Salud, saludó a mis padres, entablamos una brev conversación sobre libros, ama la lectura. Quiso ser periodista,  pero la muerte temprana de su padre lo llevo a abandonar las palabras, para entregarse a cuidar a hombres y a mujeres quse fractura bajo la lluvía; que caminan ausentes de la realidad; que lloran sientender sus lágrimas. A nuestro lado, sentado en una silla druedas uhombrmurmura su dolor, apenas loigo, Paco  lsonrie. Pienso ques díficil trabajar con amapolas en blanco y negro, cuyos pétalos sdesvanecen sin pedir permiso, sin amar las distancias, sin conjugael verbo soñar, sin sentir la luna sobre sus hombros.



A Paco. 


Ana Tapias.

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