Mi ventana está abierta a las 7.15, no hace mucho frio, mi mirada se pierde en el horizonte, en él se perfila el amanecer. Las nubes son gruesas, salvo la que acaricia Peñalara, un ave se acerca a su contorno, la nieve se ha derretido, la espera el exilio hacia el hemisferio Sur. Una cigüeña busca la paz, la soledad, la continua melancolía de la ciudad sin ruido, de amanecer lento que es Segovia. El sol abandona la idea una y otra vez de salir, el viento golpea sus rayos, zarandea sus sueños, menoscaba sus própositos. Las nubes invaden mi mirada, llueve. Lágrimas se pegan a los tejados. El horizonte es gris, la ciudad despierta.
Ana. M. Tapias G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario