Hay cosas que pasan desapercibidas, pero cuyo aroma da color a nuestra vida, a nuestros sueños, a nuestros latidos, son las margaritas que adornan los jardines en primavera, que se desmayan pétalo a pétalo; que se constipan cuando llueve y refresca; que son pisadas por las patas insensibles, serviles de los perros; que son alocadas cuando las roza el viento.
Esas cosas a los que no damos importancia, nos alivian de la maquiavélica realidad, que nos hace llorar.
Ana Tapias
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