Evarista tuvo ocho hijos: 6 chicos, y, 2 chicas; estaba atada a la casa, al campo, a los vacas, a las gallinas, al burro, que la domesticaban cada amanecer, cada atardecer, cada anochecer. Poco tiempo la quedaba para hacer vida social. Se llevaba bien con las vecinas a quienes llamaba tías. A la tía, María, la recuerdo vestida de negro, con moño blanco, risueña, charlatana, avariciosa de conocer sucesos. La" Levanta picaportes" la llamaba mi abuela, que era una mujer sin palabras vacías; con manos desgastadas de trabajar; con arrugas de sudor en la frente; con pies de hierro. Una" Levanta hogares" que luchó por su familia, que la acuna en su horizonte del recuerdo.
A mi abuela, Evarista, a quien tanto quiero.
Ana Tapias
No hay comentarios:
Publicar un comentario