Me he levantado a las siete, pese a ser sábado. En la cocina, las hojas del calendario de los meses caducados, me ha dado que pensar. Los segundos, los minutos, las horas, los días; que nos parecen insufribles, inagotables, incombustibles; se consumen como llamas, vorazmente ante nuestras preocupaciones. El tiempo no es virtual es real, asumamos que envejecemos para llegar a nuestro destino, pero antes comamos pasteles para endulzar nuestra decadencia.
Ana Tapias.
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