Maldigo la hora en que me constipé. Mi nariz parece la "Fragua de Vulcano", golpeada una y otra vez por los estornudos; por mocos líquidos que caen hacían mis labios que se cierran con precipitación; por no poder respirar con claridad; por no oler con vehemencia solo a medias; por caminar despacio, silenciados mis pasos por mis oídos taponados. Maldigo la hora en que mi cuerpo no supo defenderse del ataque de los virus. Lo único que me consuela es la existencia del " Paracetamol", tal vez pueda dormir algo si me tomo un gramo.¡ Tal vez!
Ana Tapias
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