Empecé a leer a Banville gracias a Javier Marías; era uno de los autores que recomendaba entre cinco que le pedía una revista. "El mar", me acercó a un gran escritor, que modulaba palabras, que conjugaba imágenes, que elaboraba tramas delicadas auspiciadas por el destino. Unos meses más tarde, apareció Benjamín Black, leí "La rubia de los ojos negros", me llevó a la novela negra, a un detective con sombrero, gabardina y astucia. En Segovia, se celebra el" Hay Festival" a finales de Septiembre, este año ojeé el programa, sin mucha emoción, cuando me topé con el nombre de Banville. Corrí a sacar la entrada, los días pasaron lentamente hasta que al fin llegó el 24 de Septiembre. Al entrar en el aula, me pareció bajito, imaginaba a un escritor grande como su literatura. Embutida en los cascos, otra voz, me traducía sus respuestas; sus obras no le parecen perfectas, no la vuelve a leer, a veces no las reconoce. Salí feliz, con ganas de seguir leyéndole. El escritor se apoderó de mí.
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