viernes, 9 de septiembre de 2016

Ser vulnerable

Nadie reconoce que su epidermis llora; que gotas de nostalgia sudan al caminar por las calles, y no cruzarse con las sombras de quienes nos dejaron; que la vida se asemeja más a una batalla que a una victoria; que la sangre corre por nuestro rostro al chocarnos contra el hambre, la injusticia, la pobreza, el dolor; que los ojos se vacían de imágenes para llenarse de interrogantes; que la amistad nunca pasa del blanco y negro, a pesar del esfuerzo que hagamos por mantenerla; que el amor es una utopía de besos, abrazos, caricias, con forma de ego; que somos seres vulnerables que deambulan hacia su destino que es una farola sin luz.
Ana Tapias

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