Son las siete de la mañana, llevo una hora despierta"Para qué madrugas, sino haces nada",he escuchado hace poco a una amiga. El amanecer, es lento, cargado de sintonías de pájaros, que no se sienten oprimidos por el estrés, que llegará en una hora, cuando los niños, aterricen con sus mochilas en las puertas de los colegios. Las cigüeñas, hablan del día que las espera: ganar dinero, no es tan fácil como antes, pese a las dificultades, saldrán a buscar el sosiego que calme sus estómagos. El sol, se resiste aún a brillar, no quiere dejar a la otra parte del mundo a oscuras. La montaña, se deja ver, en azul pálido, sin estridencias. La calma, el silencio, la soledad, suspiran en cada amanecer.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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