Cualquier contenedor de basura, es siempre interesante. Refleja, de que nos desprendemos con facilidad, sin nostalgia, con goteo esquizofrénico de hartazgo. La vida es tan efímera como los objetos que olvidamos. En cada uno de ellos, depositamos sueños, esperanzas, anhelos, de una sonrisa más confortable, sin las ataduras de dolor, que aparece y desaparece, como si de un arco iris se tratara. Los objetos, los cadáveres de nuestros muñecos, serán abandonados en un campo sin destino.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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