Los esclavos del 2017, son abandonados a su suerte en el mar Mediterráneo. Cuando las lanchas, son desalojadas por los servicios de rescate, de las ONG, las mafias vuelven a por ellas, para reutilizarlas. Esta semana, han sido salvadas 2.300 personas; los muertas, no se sabe con certeza, pues, sólo cuentan, los cuerpos descubiertos. Aquellos, a los que obligan a volver a sus países de origen, son torturados, violados, secuestrados; para que sus familias, paguen un rescate por sus vidas. Los esclavos caminan destrozados hacia la libertad, a la que nunca llegan. Deberíamos, pensar en cómo salvarles del dolor que los oprime; en cómo evitar, que sus huellas se hundan en el fondo del mar; en cómo alejarles de la humillación de la exilio. A mi si me importan sus sueños.
Ana Tapias.
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