Antaño, la gente para encontrase con los sucesos, abría las páginas del" El Caso", fundado por Eugenio Suárez, en 1952. En los inicios del Siglo XXI, recurrimos a la televisión. A las tres de la tarde, en plena batalla por masticar, contemplamos desde la distancia del plato o del tupperware, la guerra de Siria; la violencia en Venezuela; la nueva victima de violencia de género en España; los dimes y diretes del gobierno, de la oposición; los goles de Messi o Ronaldo. Los alimentos, caen sin sujeción hacia nuestro estomago, que ya tiene bastante con hacer una digestión, como para encima soportar la de los sucesos televisivos; no queremos, acabar como el lobo cuando se comió a la dulce abuelita, y a la cándida Caperucita. Asistimos indiferentes a las tragedias ajenas, que no nos quitan el deseo de postre.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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