Gregorio Sánchez, fue palmero, cantaor y Chiquito. Chiquito, caminaba con pasos diminutos, que parecían que nunca iban a llegar a su destino. Hablaba del pecador, del fistro, del Condemor. Personajes que parazalizaban la España de la tragedia, para acceder a la sonrisa; que brotaba fácil, creible, accesible, desde nuestra tristeza interior, colonizada por Chiquito. Su cuerpo se ha ido de la vida, pero siempre nos quedará agarrarnos a su comicidad para sobrevivir a la rutina.
Con admiración a su memoria
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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