La lluvia es como una columna de humo que atesta las miradas de vez en cuando. Sus limites se desdibujan cuando inunda sótanos, casas, despedidas, lágrimas, sueños ; cuando arrasa conventos duramente esculpidos; cuando besa circunstancias sin sumar distancias; cuando cae sobre la nostalgia como si la fuera a olvidar. Pero, la lluvia anhela su limite, que llega sin querer bajo el timido rayo, que se abre sin bautizar.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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