Disfruto hablando por los codos sin pensar ¿Para qué quiero pensar, si mis palabras se las llevará el viento? No llevo tacones, debería llevarlos para parecer ser más alta, mido 1, 46 ¿Para qué quiero ser más alta? No me gusta llenarme la cara con maquillaje, a veces, tengo granitos¿Para qué quiero disimularlos? Nunca tuve un trabajo ideal voy de uno a otro sin acierto. La mayoría presumen de hipoteca, la mía reside en el destino. Las costumbres nos obligan a olvidarnos, y a mi, me cuesta no ser fiel a mi misma. Por eso reivindico el derecho a ser imperfecta, a dejarme llevar por mi ilusión, a colgarme de mis sueños.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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