En Guta Oriental, los bombardeos del ejército de Asad han causado doscientos muertos, entre ellos sesenta niños. Debe ser fácil, leer un mapa con enclaves enemigos; hacer circulos; crear lineas de combate; delimitar estrategias para derribar al enemigo, que siempre es hostil y acecha los sueños de victoria. Pero, detrás de esos lugares estratégicos, se esconden personas que aman en la soledad de los escombros; que cantan en silencio para no contagiar a las notas musicales su dolor; que deciden caminar olvidando las balas, que rebotan en sus cuerpos como si fueran espejos aéreos; que salvan la tragedia de no poder huir, intentando jugar al escondite con los asesinos; que saltan entre los muertos sintiendo que pueden ser uno de ellos en cualquier momento. En Siria la guerra es un esperpento cruel, que no cesará hasta la derrota de las lágrimas sin destino; porqué a las sonrisas yacen bajo enterradas junto a los niños.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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