Mis pesadillas me acojen cada noche en su mundo paralelo. Siempre sueño y sueño secuencias que me inquietan, intimidan, invitan a despertarme asustada. Hace veinticuatro horas, la imagen que aún recuerdo era una mujer, alta rubia a la que ayudaba a hacer la cama. Me contaba lo que era el embozo de la sábana y me aseguraba que nunca sería una buena ama de casa. Me desperté rara, tal vez, fuera una jefa del otro lado de la realidad, quien no alimentaba mis esperanzas de tener trabajo, Hace seis horas que caminaba por una zona de campo, pensaba que era un barrio de Segovia, San Lorenzo, pero no lo reconocía del todo. Había una cuesta muy empinada, sabía que si la bajaria me caeria sin remedio. Di me dia vuelta para ir por otro camino, hasta llegar un pueblo con un Castillo al fondo, había una feria. Pregunté dónde estaba, me dijeron un pueblo que nunca habia oido, otro pueblo que estaba cerca era Cabañas de Polendo, No sabia cómo salir de alli, fui caminando hacia el pueblo, por si podía esperar el autobus para Segovia. Me desperté en medio de la nada, que es en lo que se convierten las pesadillas.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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