Veo las fotos de los bombardeos de las tropas de Asad en Guta del Este. No quiero mirar su dolor, su sufrimiento, su tragedia, pero lo hago no me puedo exiliar al pais de la alegría mientras haya guerras. Encuentro varios fotos; en la primera, dos niños ensangrentados lloran a ritmo de la desesperación, de la incertidumbre, del abandono en medio de una guerra que no es la suya; en la segunda, tres niños rodeados de escombros caminan como pueden, para ponerse a salvo de las bombas que no los dejan libertad para soñar con sobrevivir; en la tercera, un niño con la cabeza vendada; el otro tumbado sobre el suelo, en un hospital improvisado, sin alicientes para creer en su recuperación, pues en cualquier momento otra bomba los dejará en su paraiso infantil; en la cuarta, cadáveres de cuatro o cinco niños en fila, cubiertos con sábanas blancas. Sus vidas han sido sacrificadas por la ambición de poder de dos bandos irrenconciliables que llevan siete años asesinando a civiles. El interrogante de estas imágenes es¿ Quedarán sólo los militares vivos al final de la guerra en Siria?
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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