A veces, me quedaría dentro de las sábanas agazapada dentro de mi dolor,
para que nadie me viera llorar. Uno
siempre ha de sonreír, y decir "Que la vida es maravillosa", para no
ser medicado por un psicólogo, adicto a la droga del saber estar; que no
entiende que llega un momento en la vida, que la esperanza se desvanece en la experiencia, y no hay manera de rehabilitarla
sin acudir a las lágrimas. Banderas que nunca ondearan en mi rostro, por miedo,
a ser arrastradas por el viento. Cuántas veces que he escuchado a mis amigas,
amigos, eso de “A mí, no me cuentes tus problemas que bastante tengo con los míos
“La realidad no escucha, no empatiza, camina ajena al dolor, por eso, me
gusta refugiarme dentro de mis sábanas y
llorar feliz.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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