A veces, cuando voy caminando por las calles de mi ciudad, me encuentro con ellos, que yacen en mi memoria. Salen de su anonimato, para cruzarse con mis pensamientos. Se saludan entre ellos, hablan de sus cosas que no acierto a adivinar; conjugan verbos de nostalgia que salvo entre mis manos de caer al suelo, donde serán pisoteados por la realidad, que cambia tanto que es imposible de descifrar; acuno sus últimos suspiros en mi regazo; canto sus melodías con indecisión, no sé si los molestará; sonrio a Águeda; hablo del tiempo con el vecino de abajo; miro asustada a aquel hombre extraño que hablaba tan rápido, y fumaba tanto; me dejo llevar por las bromas de Jesús, mi Sancho panza. Se juntan en un momento en mi corazón que llora sus ausencias, pero sigue latiendo pese al dolor.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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