miércoles, 12 de diciembre de 2018

Despedidas

Estoy atravesando el duelo de un familiar, quien de repente, sin previo aviso, ni justificación, ha dejado de estar a mi lado(hecho que respeto) Estoy agotada de mis lágrimas, de la secuencia triste de mis pasos,  de la angustia de mis recuerdos. Este año, no me apetece que llegue la navidad, pues tendré que estar a su lado, e intentar sonreír como si nada hubiera pasado; como si mi dolor y el resto de los miembros de mi familia  de los que se alejó, fuera un precio por algo que no hicimos; como si la excusa de quedar bien con nuestros padres abarque soportar su mirada, que es  dura, fría, gélida, inhóspita. Las despedidas, como la suya,  deberían ser como las  de un viaje en autobús de ida, no como las de ver pasar una  locomotora  cuyo humo asfixia aquello por donde pasa.

  
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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