El sufrimiento, eso que nadie confiesa y todos
padecemos; nos va desgastando, erosionando, comiendo por dentro, hasta
que llega un momento, que puede con nosotros y nos derriba del todo.
Pero, seguimos caminando, tomando cervezas, creyendo que la vida es
maravillosa, pues, funcionan nuestros pulmones; mientras, que los de otros
amigos, amigas, a quienes tanto quisimos, se quedaron en nuestro recuerdo,
donde se ahogan entre sonrisas y lágrimas. El sufrimiento no nos vence, porqué cerramos los ojos y soñamos que tal vez, algún
día el olvido acariciaría ese dolor y todo pasara.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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