Cuando la realidad, contamina mi
existencia de lágrimas, necesito exiliarme a cuadros, para que mis pulmones,
agonizantes, comatosos, entregados a la tristeza, tomen otras formas. Me
convierto en la "Bailarina con ramo de flores" de Degas. Estiro mis
brazos, hacia el infinito, para acariciar las nubes que me atrapan y me dejan
en"Puesta de sol en el ferrocarril" de Hopper, donde respiro
sintiendo mis vertebras, erosionadas por un mal descanso; tras tomar tazas y
tazas café, para no dejarme vencer por
las dudas, sobre si el ser humano es necesario. A las seis y media, pasa un
tren ,lentamente, consigo llegar hasta él, sentarme en un vagón sin precio,
desdecirme de mi, para bajarme en un playa, donde soy la"Bañista
sentada" de Picasso, en mi cuerpo surrealista, innovador, impreciso, nadie
me pregunta¿ Qué pienso?¿ Quién soy? No quiero volver a cruzar la frontera de
la realidad.
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