El otoño es anhelo del verano, que piensa que su despedida
ha de ser tierna, dulce, melancólica. Los días largos, cargados de desnudos
para las pupilas; inmersos en las tragedias del paso del tiempo deslizantes
hacía espejismos en el horizonte; se desvanecen en la cima de los árboles, que
expulsan hojas como si fueran malos hábitos de los que desdecirse. El invierno,
se cuela en la nada de la existencia, para aterirlo de recuerdos que son
suspiros de otoño
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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