De vez en cuando, aparece, de su refugio, una fotografía del
colegio. Fui una niña tímida, que llevaba gafas. Iba a tercero de E.G.B, estudiaba en una
clase con niñas asustadas, atemorizadas, maltratadas, por nuestra tutora, que
se llamaba Sor Matilde; nos pegaba si nos equivocábamos. Recuerdo, la paliza,
que le dio a, Eva, por no llevar la muñeca de trapo hecha. Creo un sistema de
terror; donde la muerte nos acechaba, cada vez que respirábamos, que
hablábamos, que tosíamos. Un día, llegaba tarde, a buscar a mi hermana pequeña,
bajaba las escaleras, me paró; me dio, tal bofetada, que me rompió las gafas, y
casi me tira por las escaleras. Aquella niña, lloraba, cada día, pero
sabía que había de sobrevivir, para hacerse mayor y que no la pegaran más. En
mi madurez, el eco del sufrimiento, vuelve a mi cuerpo, que tiembla, cuando me
encuentro en las calles, de mi ciudad, a una monja, mayor, Concepcionista, y
pienso que tal vez sea Sor Matilde, aquel ser monstruoso, que atormentó mi
infancia, y vuelo a mi ataúd de lágrimas, donde no soy capaz de respirar; donde
me ahogo; donde me muero, entre rezos, de monjas que suplican que mi alma vaya
al cielo.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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