Anita, ven. Me decía mí sobrino Santiago. Esa vocecita por quien daria mí vida, me ha alegrado el día. He caminado, comido, y escribo con ella. La vocecita que me quiere y echa de menos. Pronto iré a verle. Pronto iré a llevarle al cole y contarle un cuento. Anita, la tía Anita, se pone el disfraz de soñadora desparramando palabras. Las palabras nos curan de la vida y sus problemas.
Voy Santiago, amor. Le he respondido.
Ana
A mis tres sobrinos: Santiago, Alonso y Guillermo.
A mi sobrina: Mariana.
Por quienes daría mí vida. Ellos me dan sus sonrisas.
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