martes, 22 de enero de 2013

Tejados nevados

Anoche en unos cuantos minutos mí ciudad se cubrió de nieve. Por la mañana se había resistido a acomdarse en calles, coches, momumentos, jardines, abrigos, árboles y toda clase de zonas aptaas para la nieve. Me llamó mi amiga Marta, estuve con ella y su hijo Alex en el jardín al mediodia.  Hicimos fotos, y jugamos con un trineo. El trineo de Alex. No habia la suficiente nieve para hacer un muñeco de nieve. En medio del jardín donde en verano hay flores, la nieve se había acumulado, dejanos nuestras huellas. Huellas robadas a otros huellas que pisamos. Se acercó una niña negra, una niña sonriente que decia" cuanta nieve, cuanta nieve". Llevaba la carpeta del colegio en sus manos, me la dejó e hizo una bola de nieve. Una bola de nieve en medio de un jardin,  sin apenas nieve es la felicidad. La nieve a pesar de helarnos merece la pena tocarla.
Sigue la nieve en los tejados.
Ana.

Con cariño a Marta y Alex, por dejarme ser parte de sus sonrisas.

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