sábado, 26 de enero de 2013

Secuelas de mi caida

Mis secuelas las he acallado con el ejercicio. He obligado a mis piernas y brazos heridos a no llorar. 
He obligado a mi cuerpo sonreir. Hice ejercicio como si no me hubiera caído ,y mi cuerpo me lo ha agradecido. Es mejor no llorar, siempre sonreir  a pesar de las caídas del destino.
Ana

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