martes, 4 de junio de 2013

Asesinos

No dejó de mirar a dos asesinos el de Olot y el de Bilbao. El de Olot mataba por compasión y el de Bilbao intuyo que mataba para reencarse en sus víctimas. Víctimas ateas de su religión. La religíon de los asesinos comulga en sus manos. Manos sin perdón. La religión de saberse un dios es la religión de estos dos hombres. Leo en sus miradas buscando la compasiónn, y sólo encuentro odio. Odio hacia la vida. Las vidas que dejaron en el camino. El camino de la sangre es su camino. Nunca entenderé a quién asesina. Nunca diré que son locos. La locura es amar la vida, no destruirla.
Yo condeno la violencia.
Ana

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