Estos días he visto a las dos. Dos viudas: una lo fue el invierno pasado, la otra la primavera pasada. Ambas tienen el pelo canoso y corto. Una camina triste, en silencio del brazo de su hija. La otra camina sola y se sienta en el mismo banco del parque que se sentaba con él. Ambas lloran en sus pasos. Ambas negaran la felicidad. Ambas son mujeres que amaron. Y su amor, amor enterrado, se descompone bajo la tierra, mientras ellas lloran mirando al cielo.
Ana María Tapias Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario