viernes, 21 de junio de 2013

Bailar

Amo el baile, no puedo parar ante un ritmo lleno de encanto. Ayer en un parque de Madrid mis pies bailaron con los tambores africanos. Tambores que prentendían ser la voz de los"refugiados". Refugiados  de otras culturas en la nuestra. África con  sus hombres y mujeres han cambiado nuestros pasos. Pasos que han de mirar a su realidad, que también es la nuestra. Pues convivimos con ellos, con sus tambores. Tambores que son sus sonrisas.
Bailar alegra la vida, y la vida es para todos. Todos somos refugiados de nuestros sueños y bailamos con sus tambores.
Ana.

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