Los domingos por la tarde la estación de autobuses de Segovia es un caos. Un caos para la gente que debemos tomar el bus para Madrid. Siempre ponen dos autobuses. Los viajeros preguntamos a los conductores: cuál es el número uno y cuál es número dos. Ayer un conductor de la Sepulvedana, empresa que nos trae a Madrid, contestó mal a una señora mayor. Una señora que a diez minutos de salir sólo queria saber un número. El conductor fue un maleducado, provocando sin necesidad una escena de venganza. La venganza de su cansancio. Todos arrastramos problemas y colas de dias malos, pero eso no nos da derecho a gritar a los demas. La educación nunca esta reñida con la sonrisa.
Ana
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