Ayer casí soporto el partido España-Brasil. Mi sueño me hizo ir a descansar. Eso a pesar de mi sobrino que quería jugar al " monopoly". Lo compramos de pequeñas, y sólo conservamos el tablero. El dinero lo hemos evadido a Suiza. Eran esas pesetas de entonces que también invertimos mis hermnas y yo en casas. Casas que vendimos a buen precio, en su momento, ahora es mejor comprar. Eso lo sabe todo el mundo. Con el dinero del monopoly sentí menos la derrota de la selección española. No se puede ganar y siempre. Estos jugadores son como las fichas del monopoly van saltando de calle en calle hasta llegar al final de ellas totalmente desmotivados. Que se tomen unas vacaciones y vuelvan en agosto a saltar.
Ana María Tapias Garcia.
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