La palabra se ha quedado vacía sin él. Gabo se ha exiliado al territorio del adiós adonde es difícil llegar y quienes lo hacen no puede contarlo. Si Gabo nos describiera donde está, tal vez crearía un Macondo del espacio con burbujas, alocadas, que se destruyen entre sí ante un pelotón de fusilamiento. Sí Gabo tuviera manos tendría que escribirlo, pero tal vez sólo tenga alma y con ella debe observar como la humanidad le llora desde sus palabras. Gracias Gabo.
Descanse en paz.
Con toda mi admiración, cariño a Gabo.
Ana Maria Tapias Garcia.
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