Hace 75 años que terminó la Guerra Civil. Todas las familias sufrieron venganzas, delaciones, muertes, duelos interiores, torturas exteriores y miedo a la libertad. En mi familia unos lucharon en el bando Republicano y otros en el sublevado, según donde se encontraban. Hermanos contra hermanos se mataban en los frentes, de los que ellos eran meros obreros. Siendo mandados por capataces que les atemorizaban con hacerles un ERE en las trincheras. Nada cambia, en las guerras los despidos colectivos permanecen enterrados en fosas que deben ser abiertas para que los asesinados descansen junto a sus familias, de las que fueron arrebatados sin razón sólo con odio. El odio conduce al cáncer siendo el perdón la mejor terapia para sobrevivir. Hace 75 años.
Ana Maria Tapias Garcia
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