Somos las películas que vemos, las palabras que decimos, que callamos. Somos como sonreímos, dudamos, miramos y amamos.
Mi infancia es parte de Mickey Rooney, aquel chico pelirrojo en tecnicolor alivió mi soledad y me regaló su simpatía y con ella he crecido, y con ella le recordaré siempre. Ha dejado de pisar la tierra, para quedarse en la pantalla de cine, donde le esperan los ángeles de la alfombra roja para jugar con él a la eternidad.
Somos los que soñamos y Mickey es parte de nuestros sueños.
Somos los que soñamos y Mickey es parte de nuestros sueños.
Ana María Tapias Garcia.
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