martes, 22 de abril de 2014

Leer

Me desnudo de la realidad. Hago una pausa de los problemas, nostalgias, contaminaciones varias, de los sentimientos. No tengo género ni edad. Me ha bautizado un hombre o mujer que desconozco. Me hace hablar, caminar, alejarme del nudo de la garganta, que me escruta cada segundo de mi vida. Saboreo la fantasía. Salto de mis miedos a la locura. Creo en lo imposible: Leo.
Ana Maria Tapias Garcia.

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