lunes, 7 de abril de 2014

Pequeñas realidades

Ayer caminaba a buen ritmo cuando me encontré con una mariquita que escalaba una flor. Nadie la miraba por su insignificancia. Me hizo feliz acariciarla a través de la lente de la cámara. Las mariquitas me traen recuerdos de mi infancia. Encarnita la hermana que me sigue,  dejaba resbalar las mariquitas por sus dedos, sin dejar que se cayeran al suelo.  A mi me daban miedo y sólo era capaz de mirar cómo lo hacia. Las mariquitas como otros animales diminutos pueblan nuestran nostalgia de recuerdos.

Ana Maria Tapias Garcia.

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