sábado, 26 de abril de 2014

Sillas del Vaticano

Cuatro sillas hablarán hoy desde el Vaticano: dos ocupadas, dos silentes.  Cuatro hombres de la Iglesia en boca de todos. A Juan XXIII,  no le traté en mis oraciones,  a Juan Pablo II si. Le vi dos veces. Una en mi ciudad Segovia , y otra en la suya, siempre de lejos,  como si estuviera en lo alto de un edificio,  y le mirara desde él.
No llegó a entender el sentido de la canonización, pues muchas personas también son santos. Sus milagros son colágeno para sus familias y sus trabajos. Deambulando con fe y esperanza, por lugares donde el agnosticismo se instala,  como norma de supervivencia. Roma es la institución, y las personas  ocupan el puesto de infieles, asumiendo su santidad desde su anonimato.  
Cuatro sillas y millones de santos y santas,  que nunca serán canonizados.

Ana Maria Tapias Garcia. 

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